La entrada de un nuevo actor siempre pone nerviosos a los que hasta ese momento ostentaban los mejores papeles, pero el mercado siempre termina equilibrándose y redistribuyéndose. Lo hemos visto en Baleares con la entrada de las filiales Grimaldi y de MSC, y en menor medida lo vimos hace unos años con la cuasi entrada de Baleària en Canarias o con el pulso que mantienen Naviera Armas y Fred.Olsen por el uso exclusivo del primero de un puerto de titularidad autonómica. Y ahora hemos estado a punto de verlo con Trasmapi en la ruta de Algeciras-Ceuta.
Algo que, por mor de un misterio, lo que parecía que iba a ser una realidad terminara siendo un «actualmente, y por razones de explotación portuaria, la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras (APBA) no puede atender la solicitud para la incorporación de una cuarta naviera a la línea Puerto de Algeciras-Ceuta».
Y lo dice una administración que acaba de autorizar un segundo buque a FRS, una naviera alemana, pero que no autoriza a la naviera española Trasmapi a operar entre su puerto y el Puerto de Ceuta. Una autorización que permitirá a FRS entre 4 y 6 nuevos servicios diarios.
Seguramente hay un motivo para negarle autorización a la naviera Ceuta Lines del mencionado grupo español, otra cosa es que sea un motivo razonado, motivado, imparcial, justo, sin algo en la sombra que de prioridad a unos sobre los otros, en igualdad de condiciones, sin tener en cuenta la nacionalidad, porque primaría la española.
No hemos escuchado a ninguna voz autorizada de la Autoridad Portuaria de Algeciras explicando qué sucede, y no queremos pensar más allá de lo que observamos, ni en tramas, ni en presiones de otras navieras, ni en contubiernios de ningún tipo, solo queremos oír una explicación de una administración pública sobre un operador privado que quiere impulsar el crecimiento de su empresa, generando empleo y dando un servicio del que habrán analizado al detalle su rentabilidad.