Esa mezcla entre la falta total de coherencia entre varias ideas, acciones o cosas, y la falta de templanza que induce a usar o hacer las cosas sin moderación tiene en el Gobierno de Canarias un pernicioso, o en este caso una perniciosa representante , «experta en la elaboración de informes de «salud pública» que dejan mucho que desear.
El último ejemplo es el informe relacionado con Totisa Holdings, quien pretende construir y explotar una regasificadora en el Puerto de Las Palmas que permitirá almacenar y suministrar GNL y, aprovechando esta actividad, generar energía eléctrica que servirá, además de para su propio consumo, para permitir que muchos buques desconecten sus motores, reduciendo la contaminación acústica y de gases contaminantes, y se conecten a la red eléctrica portuaria.
Parece ser que a la persona experta en la elaboración de informes de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias no le gusta el proyecto y entiende que hay riesgos de insalubridad en los gases que emanará de esta planta de GNL, que estará en La Esfinge, al final del Muelle. No le preocupa si los buques que dejarán de emitir gases disminuirán esa contaminación a la que está sometida la atmósfera, ni tampoco le preocupan los 10.000 barcos que se acercan al Puerto de Las Palmas con sus emanaciones de gases.
Claro, que esta persona es la misma que realizó el informe sobre el efecto nocivo sobre la percepción humana de la visión en la lejanía de torres eólicas al amanecer, en el sureste de Gran Canaria; o la que de un plumazo, y nunca mejor dicho, quiso convertir el taller de megayates del Puerto de Las Palmas en un gran astillero contaminante.
Triste, en síntesis, que esta persona haga estos informes y que sea el dinero público el que los financie, pero más triste, si cabe, es que el director general de turno, firme estos informes y los curse sin prestarles atención, consiguiendo, en el mejor de los casos paralizar actividades e iniciativas privadas que invierten sus euros y generan empleo y riqueza para esta región; y en el peor de los casos, que espantan a inversores que deciden poner pies en polvorosa ante esta situación incongruente.
He hablado de tres informes relacionados con el Puerto de Las Palmas. En el caso de Totisa, imagino que pasarán por el mismo calvario en el Puerto de Tenerife, donde tiene un proyecto similar, por no decir igual, y la distancia a zonas habitadas es mucho menor de ese kilómetro largo que alega que existe en Las Palmas de Gran Canaria y que hace inviable el proyecto. Y los aerogeneradores offshore de las costas canarias serán igual de perjudiciales para el cerebro humano en el sur de Gran Canaria que en el sur de cualquiera otra isla. No quiero pensar que no sea así, aunque no he visto ninguno de estos informes, pero igual es el momento en que alguien, el consejero p.e., que conoce perfectamente la actividad portuaria, conoce también el efecto sobre el empleo del mismo y debiera controlar su consejería tome parte en el asunto para contrastar esos informes, si hace falta con otros independientes, y contribuya a despejar las dudas sobre estas actividades. Y si se confirman las sospechas, que destine a esa crack que tiene en la consejería a labores más acordes con su sapiencia.