No son todos los que están, ni están todos los que han llegado a las islas, pero la imagen es dantesca y preocupante para un puerto como el de Granadilla que tiene el cartel de ‘Se Vende’.
Hay que ser conscientes del drama y de la situación por la que muchas personas, llámense migrante o inmigrantes, que vengan de África Subsahariana, Senegal, Marruecos o … El caso es que llegan, siguen llegando y su entrada natural son los puertos. Pero esta situación está provocando en los puertos, especialmente en El Hierro, verdaderos quebraderos de cabeza y causando problemas a los usuarios habituales, especialmente a los profesionales.
La situación es tan grave que a lo largo de las últimas semanas, la Autoridad Portuaria de Tenerife ha tenido que ir retirando cayucos y embarcaciones de La Estaca y situándolos en los terrenos anexos del puerto de Granadilla y la imagen es toda una explicación.
Pero el problema está en que esa es la imagen que se encuentran los inversores cuando van a ese puerto que está con el cartel de ‘Se vende’ o el de ‘venga usted e invierta’. La imagen de un espacio portuario con ‘escombros y desechos’ y el ánimo que da no son precisamente positivos.
Hablamos de Granadilla, una instalación portuaria que ha costado lo que no está escrito -realmente unos 350 M€- pero al que le faltan otros tantos para conseguir tener una imagen de espacio industrial y de comercio. Un espacio para el que la AP tinerfeña tienen grandes proyectos, pero que cuesta Dios y ayuda materializar.
El puerto de Granadilla, o Dársena Portuaria de Granadilla, como también se le denomina, es un proyecto que está tocado del ala. Jamás una instalación portuaria en España había tardado tanto en estar terminada y en servicio y, además, es que, pese a todos los planes registrados, aún quedan muchos ‘flecos’ por definir y establecer como planificación de los servicios.
Pero es que, encima, cuando se ve que todo está a medio hacer, pero tienes confianza de que será una realidad, esa imagen de casi medio centenar de cayucos, a la espera de que ‘alguien’ judicialmente hablando o ‘autorizada de altas esferas’ diga que se pueden destruir, yo inversor, me lo pienso dos veces, doy la vuelta y me voy por donde he venido.
¿Cómo se vende una Zona Franca o un espacio para trabajar en reparación naval o para poner los silos de grano si para llegar, primero, veo la desgracia humana?
La verdad es que en algún sitio se tienen que poner porque la norma establece que no se pueden destruir sin los permisos adecuados, pero es que, precisamente en mitad de un puerto en construcción, venta y expansión, como que no es de recibo.
Amén de todo ello, está la higiene, los productos que esas embarcaciones pueden estar soltando, y varios etcéteras más que son para que la AP esté tocando en la puerta de quien corresponda para que eso no esté en el puerto, porque va en detrimento del propio puerto.
Esto no es ser insolidario o ilógico; lo ilógico es que se tarden meses y meses en decretar su destrucción, ocupando espacio de uso público -caso de La Estaca, Fuerteventura o Lanzarote- pero es que, además, están impidiendo la comercialización de un puerto y zonas portuarias en expansión y desarrollo.
Sabemos de las normativas, y que la/s AP/s no tienen competencia en hacer desaparecer ese problema, pero es que quienes la tienen no mueven un remo por agilizar las cuestiones y, con esa desgana, lo que están creando es un problema y provocando la huida de empresas y entidades con ganas de estar en los puertos, -en este caso Granadilla- busquen alternativas.
No rinden la cuentas de una presidencia portuaria o un departamento comercial o de explotación si, por un lado me piden resultados, pero por otro me llenas las instalaciones a desarrollar y vender de desechos y porquerías.