El Puerto de Las Palmas siempre había sido un puerto con mucha tensión empresarial, no en vano tenía un récord, no se si Guinness o no, por el número de demandas entre empresas. Un fuego cruzado que hacía tiempo que había aminorado su velocidad hasta pasar a ser un puerto «normal» con las tensiones ordinarias en la pugna empresarial, sin apenas procesos judiciales o administrativos por medio.
Pero donde hubo siempre queda y ahora, en un momento en que se necesita de unidad empresarial para dar un salto cualitativo y cuantitativo en términos económicos y de empleo, surge un nuevo pulso, de cierta envergadura.
En honor a la verdad, Zamakona es un actor en cierta manera indirecto en este infortunio que trae de cabeza a la Autoridad Portuaria y a algunos operadores, o muchos, que llevan tiempo trabajando para convertir el Puerto de Las Palmas en un hub logístico para el ensamblaje y mantenimiento de parques eólicos offshore. El objeto a alcanzar, en definitiva, es facilitar el despliegue y desarrollo de las energías renovables, tal como solicita la UE con el Pacto Verde o la ONU con los objetivos de desarrollo y sostenibilidad.
En este objetivo impulsado por Europa debe primar el desarrollo de un proyecto que permita la autonomía energética y la descarbonización, es decir, priorizando los objetivos del País, de la Comunidad Autónoma y de la ciudadanía, debiendo quedar supeditado al interés público y general. Todo lo demás es especulación.
Las condiciones del Puerto son probablemente de las mejores de Europa para este fin, y la Autoridad Portuaria dispone de suelo para ello. Sin embargo la «picardía» de un operador vinculado más que estrechamente a Zamakona ha puesto en alerta al sector y a la propia Autoridad Portuaria. La solicitud de una concesión en ese suelo que Puertos de Las Palmas tenía reservado para este menester ha complicado la estrategia.
Hay que decir que cualquier operador está en su derecho de solicitar una concesión en suelo portuario disponible, si cuenta con un proyecto coherente y atractivo, en el mismo sentido hay que decir que la Autoridad Portuaria tiene la potestad de decidir si el proyecto es coherente y apropiado para el puerto, y si tras un trámite de competencia aparece otro actor, decidir que la mejor opción para el puerto es convocar un concurso.
Hasta aquí todo parece tener cierta lógica, pero si uno de los actores, en este caso el vinculado familiarmente a Zamakona no le parece una decisión correcta, puede llevarlo a los tribunales y se paralizaría tal concurso hasta que se resuelva.
Claro, Zamakona se ha posicionado al lado de su directivo/empresario/familiar, aunque quizá no ha valorado hacia dónde se pueden desarrollar los acontecimientos.
En la ilustración, se aprecia claramente una solicitud de concesión que en estos momentos está en manos de Zamakona para hacer una terminal de reparación de plataformas, que lleva cierto retraso a causa de estudios y mediciones ajenos a ellos y que dependen Puertos del Estado y de los oleajes que hay dentro de la Dársena.
El tiempo, un compañero de viajes que a veces te juega malas pasadas ha hecho que el interés inicial en esta terminal de reparaciones de plataformas decaiga para Zamakona, que evalúa convertirla en una terminal de servicios de ensamblaje para la eólica marina. Sin embargo, siendo estrictamente formales, esta situación podría desembocar en que el solicitante tenga que renunciar a la terminal para cambiar su uso, algo que creo que se llama modificación sustancial y que depende de la aprobación de la Autoridad Portuaria, la misma que podría estar en litigio con su protegido directivo.
Con estos mimbres, quién se atreve a decir lo que pasará. Quién se atreve a desvincular una acción que pretende paralizar un nuevo sector de negocio portuario, el eólico marino offshore, por avaricia frente a una modificación sustancial de una concesión que antes de empezar tiene todos los visos de estar caduca.
Aún se está a tiempo de seguir siendo ese puerto que dejó atrás los conflictos judicializados y aprendió a empujar en una misma dirección, y en la eólica marina offshore tienen cabida todos los operadores del puerto vinculados a las reparaciones y a la logística portuaria, juntos.
Si yo fuera la cúspide de Zamakona, quizá optaría por poner mi organización en manos de mis abogados, para despejar ese camino, así tenga que saltarme una generación y ponerla en manos de mis nietos.