Dos tripulantes resultaron heridos de gravedad en el ataque sufrido el pasado lunes por el buque de carga general Minervagracht, de pabellón neerlandés, cuando navegaba por el golfo de Adén a unas 128 millas al sureste de la ciudad yemení de Adén. El buque, operado por la compañía Spliethoff, quedó a la deriva y en llamas tras el impacto, según confirmó la misión europea EUNAVFOR ASPIDES.
La tripulación del buque estaba compuesta por 19 marinos de nacionalidad rusa, ucraniana, filipina y de Sri Lanka. Tras recibir una llamada de socorro enviada a las 10:22 UTC por el Minervagracht, ASPIDES puso en marcha de inmediato una operación de búsqueda y rescate para evacuar a la tripulación. Los dos marinos heridos se encuentran en estado grave y están recibiendo atención médica urgente.
Según fuentes de seguridad marítima, el buque fue alcanzado por al menos un misil balístico antibuque (ASBM). La naviera señaló en un comunicado que se trató de un ataque con un “artefacto explosivo no identificado” que causó “daños sustanciales” al buque. La última señal del Sistema de Identificación Automática (AIS) del Minervagracht había sido emitida en Yibuti el día anterior, lo que indica que navegaba sin transmitir su posición.
Este es el segundo ataque sufrido por el mismo buque en una semana. El pasado 23 de septiembre, mientras navegaba hacia Yibuti, reportó una explosión en sus inmediaciones a unas 120 millas al este de Adén, de acuerdo con la información de UKMTO y la consultora Ambrey.
Se trata del primer ataque efectivo perpetrado por los hutíes en aguas del golfo de Adén desde julio de 2024, cuando el portacontenedores Lobivia, de pabellón singapurense, fue alcanzado por dos misiles. Además, este año, los hutíes ya han logrado tres ataques efectivos en el mar Rojo de un total de cinco intentos, entre ellos el hundimiento de los buques Magic Seas y Eternity C el pasado mes de julio.
EUNAVFOR ASPIDES advirtió que el buque siniestrado constituye actualmente un obstáculo para la seguridad de la navegación y recordó que “estos ataques ponen en riesgo la vida de la gente de mar y amenazan la libertad de navegación en una zona estratégica para el comercio internacional”.