Este mediodía, en la sede del cabildo Insular de Tenerife ha tenido lugar la presentación del programa de voluntariado para los Mercy Ships o Naves de la Esperanza y que facilitan atención médica y humanitaria en los países más desfavorecidos de África.
Águeda Fumero en calidad de consejera de Acción Social, Pedro Suárez como presidente de la Autoridad Portuaria de Tenerife y Gerardo Vagnioni como director gerente de Mercy Ships, fueron los encargados de explicar los pormenores de este proyecto de ayuda y captación de voluntarios denominada Tenerife Isla Solidaria.
Los pormenores del proyecto fueron varios, pero esencialmente, Global Mercy como entidad, se nutre para sus servicios solidarios de personas voluntarias, que van desde un pintor de brocha gorda al más experto cirujano maxilofacial, y es que dentro del mayor buque hospital del mundo se han realizado hasta ahora 117.000 cirugías y atendido a más de 2.8 millones de personas, gracias a esos voluntarios que han llegado desde 56 países del mundo.
Avalados por la ONU, los Mercy Ships realizan campañas de 10 meses en diferentes países africanos donde si comer es un problema, la atención médica ya raya lo milagroso, por lo que cualquier ayuda es bienvenida. Y este es el propósito de esta presentación, señalarles a los canarios que, desde mañana viernes, y hasta el próximo día 5 de agosto, habrá una carpa de los Barcos de la Esperanza en la Plaza de España santacrucera al que puede acudir cualquier persona de entre 18 y 79 años por si puede aportar su experiencia.
No se trata de recaudar fondos, que si llegan tampoco está mal, es conseguir que las 600 plazas del barco se ocupen de voluntarios para hacer posible su labor social.
En este sentido, Gerardo Vagnioni señaló que a lo largo de estos años han pasado más de 554.300 profesiones de la salud entre médicos, cirujanos, enfermeros, anestesistas, etcétera, pero es que también han participado cocineros, ingenieros, arquitectos profesores y todo ese crisol de especialidades y trabajos que facilitarán el trabajo de las personas más deprimidas y que ayudan a los proyectos de Global Mercy.
Los voluntariados mínimos son de 15 días y pueden durar meses, de forma individual o familiar, porque los barcos, están capacitados para familias y disponen de sus propias escuelas y centros de educación, lo cual no interrumpe los períodos de enseñanza de quienes estén en edad escolar.
Según explicaron, tener como base oficial de los barcos los puertos de Tenerife, supone una gran ventaja por su calidad y la de los canarios en su buen hacer y gestión humanitaria. En el apartado económico, Vagnioni explicó que son aportaciones de las empresas y entidades las que facilitan el trabajo y, muchas veces, esa aportación no es dineraria, sino material. Y en ese sentido señalar que la tecnología de quirófano, la de cualquier especialidad médica es la de última generación y, de hecho, su paso por las islas es, precisamente, para dotar y renovar cada 10 meses de todo el material médico-quirúrgico de abordo y que, aún muchos centros hospitalarios ‘normales’ no tienen.
Por eso, cualquier aportación es bien recibida y que disponer de un punto de información ya es un avance para conseguir que si el Global Mercy se va en unas semanas a Sierra Leona, el otro venga de Madagascar a su reestructuración para luego seguir con esa labor que desde los años 70 llevan realizando.
Cada año, profesionales voluntarios de más de 60 países sirven a bordo de los dos mayores buques hospitales no gubernamentales del mundo, el Africa Mercy y el Global Mercy. Estos profesionales, que incluyen cirujanos, dentistas, enfermeros, formadores de atención médica, cocineros e ingenieros, donan su tiempo y habilidades para apoyar la causa. Mercy Ships – Naves de Esperanza tiene oficinas en 16 países y una oficina en África.