A finales de agosto, con las presidencias de las autoridades portuarias ya oficializadas, se inicia una nueva etapa para los puertos de interés general ubicados en Canarias.
Beatriz Calzada tomará el mando de la Autoridad Portuaria de Las Palmas y Pedro Suárez hará lo propio en la Autoridad Portuaria de Tenerife.
Canarias, una región sensible a su entorno, necesita tener una estructura portuaria sólida y que sume al PIB de la región en su carácter de puertos de transbordo o de redistribución de mercancías, de servicios nacionales e internacionales a flotas, y en su vertiente de avituallamiento y de reparación.
Coalición Canaria, desde el minuto uno en el que se materializó la gobernabilidad de Canarias a través de un pacto con el Partido Popular, exigió para sí la presidencia de Puertos de Las Palmas, con Pablo Rodríguez como uno de los principales valedores de esta posición, con el respaldo absoluto de Fernando Clavijo, y donde tras un intento fallido de colocar al ingeniero Julio Rodríguez, Calzada se consolidó en la apuesta.
En el otro frente, en el de Santa Cruz de Tenerife, el Partido Popular asumía la presidencia portuaria, donde colocaría a Pedro Suárez al frente, uno de los grandes impulsores del ascenso de Manuel Domínguez en el organigrama del Partido Popular.
De ambos, presidente y presidenta, se espera que den lo mejor de sí por los puertos de Canarias, máxime cuando en el caso de Suárez conoce bien el puerto, en el que ya fue su presidente entre agosto de 2018 y septiembre de 2019, y tiene en su cartera proyectos e ideas que no pudo materializar en su anterior mandato. También tiene retos muy importantes sobre la mesa, especialmente el impulso al Puerto de Granadilla y en él, el desarrollo de espacios y servicios para la eólica marina y otras renovables vinculadas a los puertos, así como al despegue de las reparaciones navales en esa misma infraestructura, con los proyectos de Tenerife Shipyards, entre otros, y la activación de esa gran dársena y muelle en su conjunto. Además tendrá que enfrentarse a la reordenación portuaria de Los Cristianos o el impulso a Fonsalía, como alternativa. Y tendrá que hacerse con un equipo de primer nivel para afrontar estos retos y eso que él mismo llamó tiempo atrás “decadencia portuaria tinerfeña y falta de liderato al frente de la institución”.
Por su parte, Calzada, con experiencia política y en gestión pública, y proveniente de una familia muy vinculada al Puerto se encuentra un puerto bien afinado, pero no exento de asuntos delicados o conflictivos. Tendrá ante sí el reto de terminar de engrasar el organigrama que su antecesor inició; las deudas que hay en el aire del Centro Portuario de Empleo de Las Palmas; los conflictos de intereses empresariales en puntos calientes, como en el Puerto de Arrecife; en Las Palmas, en el área de expansión destinada a la eólica offshore; o la reclamación de Hamilton para optar a una lámina de agua para competir con Astican e Hidramar.
La clave en el éxito de la gestión de nuestros puertos estará en que el Gobierno de Canarias entienda que el equilibrio de la región pasa también por equilibrar los puertos, pero acercando el que cuenta con menos desarrollo y proyección al que en estos momentos se sitúa como uno de los puertos españoles con más proyección, con más rentabilidad y líder en el Atlántico Medio, sin que esta actuación frene la trayectoria de éxito de éste último.
Fernando Clavijo, presidente de Canarias, está moviendo todas sus piezas para ejercer en la medida de lo posible ese control en los consejos de administración de las autoridades portuarias. Ha reforzado el de Las Palmas con un último movimiento, ha dado una vocalía en el consejo, por la cuota autonómica a la consejera del Cabildo María Fernández, reforzando así la posición de CC, Pablo Rodríguez, Airan Díaz, la propia María Fernández, y la que será su presidenta Beatriz Calzada, y dejando fuera a los alcaldes de dos municipios portuarios, Puerto de Arrecife y Agüimes. En Tenerife ha hecho lo propio, a la espera de si se incorporará Airan Díaz también como consejero de la Autoridad Portuaria de Tenerife.
Queda por dilucidar el Gobierno de España, que pasa por una tensión de gobernabilidad entre los dos grandes bloques, el progresista, liderado por Pedro Sánchez, y el conservador, por Alberto Núñez Feijóo. Y quién sabe si eso deparará alguna cara nueva canaria en la presidencia de Puertos del Estado.