El Gobierno de Cantabria ha invertido un millón de euros en el Puerto de Comillas para, por un lado, aumentar el calado de la dársena y, por otro lado, instalar nuevos pantalanes para las embarcaciones deportivas.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y la consejera de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo, Jezabel Morán, han inaugurado este jueves estas actuaciones que adaptan la instalación portuaria a las necesidades actuales, mejoran la accesibilidad y aportan mayor operatividad y seguridad a los barcos.
Para Revilla, el puerto de Comillas es una «joya» que está ahora «para enseñar», gracias a las cuantiosas inversiones realizadas en los últimos años por el Gobierno regional, actuaciones que han servido para mejorar sus instalaciones y acabar con los problemas de calado que anteriormente tenían las embarcaciones con la marea baja. «Es un puerto de lujo, de película», ha insistido el presidente, que ha reivindicado su apuesta personal por las carreteras y los puertos de Cantabria.
En este sentido, ha recordado la construcción del nuevo Puerto de Laredo, que en estos momentos es «uno de los más importantes del Cantábrico», o las «obras monumentales» ejecutadas en Colindres y Santoña en los últimos años. También ha reiterado el compromiso del Gobierno con el Puerto de San Vicente de la Barquera, que es el único que queda «pendiente» para completar una red de puertos autonómicos moderna que contribuya al progreso económico de Cantabria.
Por su parte, Jezabel Morán ha mostrado su satisfacción por el resultado de un proyecto que se ha ejecutado a partir del acuerdo entre todas las partes (Gobierno, Ayuntamiento, pescadores y patrones deportivos) y que deja en Comillas un «puerto de convivencia y consenso». Unas obras que, según ha dicho, van a permitir a la flota pesquera «mantener un ritmo ascendente en las descargas» y, al mismo tiempo, garantizan la seguridad y la accesibilidad de las embarcaciones.
Por último, ha destacado la importancia de los puertos como «instrumento de cohesión», así como su contribución a la imagen y al desarrollo de Cantabria, motivo por el cual la Consejería de Obras Públicas considera «prioritarias» las inversiones en esta materia.
También han estado presentes, entre otras autoridades, la directora general de Obras Hidráulicas y Puertos, Sandra García Montes, y la alcaldesa de Comillas, Teresa Noceda, para quien «hoy es un gran día» en el que se culmina la transformación del puerto iniciada en 2003, -«hacía falta de todo, no había nada», ha apuntado-, gracias al compromiso del Gobierno de Cantabria con una instalación que, además de la actividad pesquera y recreativa, es uno de los principales reclamos turísticos de la localidad.
Aumento de calado
La dársena del puerto de Comillas tenía en 2019, antes de la obra, un calado medio de 1,50 metros, profundidad insuficiente para garantizar la operatividad y seguridad de las embarcaciones pesqueras y deportivas, que frecuentemente se quedaban varadas en el fondo en situaciones de bajamares de alto coeficiente.
Para resolver esta situación, la Consejería de Obras Públicas ha incrementado el calado en otros 1,50 metros, de forma que actualmente hay un calado medio asegurado de 3 metros, suficiente para todos los barcos.
En primer lugar, se colocó un dique de escollera y arcilla para bloquear la entrada de agua a la dársena y poder iniciar los trabajos de dragado, y, seguidamente, se retiraron los sedimentos y se excavó el fondo hasta alcanzar la cota prevista. Asimismo, ha sido necesario reforzar y recalzar los muelles sur y oeste y, parcialmente, los muelles este y norte, al objeto de adaptarlos al nuevo calado, al igual que la compuerta de acero que cierra la dársena en casos de fuertes temporales.
Finalmente, se recolocaron los elementos de amarre y fondeo, antes de proceder a la apertura del dique y a la inundación de nuevo la dársena.
Nuevos pantalanes
Como resultado del consenso alcanzado con el Ayuntamiento de Comillas, la Cofradía de Pescadores y los usuarios de los atraques, se ha modificado la distribución de la dársena (parte pesquera y parte deportiva) y se ha diseñado un sistema de atraque consistente en dos pantalanes flotantes provistos de fingers, a los que se accede mediante rampas.
Tienen capacidad suficiente para alojar a las 28 embarcaciones deportivas autorizadas a atracar en estos momentos y disponen de servicios de agua, electricidad e iluminación, además de puertas para controlar el acceso. Están formados por estructuras de aluminio calidad marina, flotadores de polietileno y poliestireno y tarima tecnológica, material que mantiene la apariencia estética de la madera convencional, pero mejora sus prestaciones y durabilidad.
La configuración se ha realizado de manera que queda libre el lado en el que se ubican la lonja y la fábrica de hielo para facilitar la descarga de los barcos pesqueros y se ha dejado espacio suficiente frente a la dársena para permitir las maniobras de entrada, amarre y salida.
Paralelamente, se ha cambiado la ubicación de las escalas de mano existentes, se han colocado otras nuevas para mejorar la accesibilidad en la zona pesqueras y se han instalado defensas para evitar los choques de las embarcaciones.