La aprobación en el Parlamento Europeo de la clasificación de gas y la energía nuclear como energías verdes tendrá, sin duda, un efecto perverso en la financiación de las energías renovables, y dentro de ellas de las energías eólicas marinas, undimotriz y similares, ya que ahora la tarta de la financiación de energías renovables o verdes se habrá de distribuir entre más actores y fuentes.
LA desventaja de las eólicas marinas y similares es que les queda un largo camino por recorrer, con muchas incógnitas por resolver, frente a las ya consolidadas energía nuclear y energía gasística.
En realidad, el Parlamento ha desestimado una moción contra la inclusión de la energía nuclear y el gas como actividades económicas medioambientalmente sostenibles.
278 eurodiputados votaron a favor de la objeción, 328 en contra y 33 se abstuvieron. Era necesaria una mayoría absoluta de 353 diputados para vetar la propuesta de la Comisión. Si el 11 de julio tampoco el Consejo ha formulado objeción a la propuesta, el acto delegado sobre taxonomía entrará en vigor, y será de aplicación a partir del 1 de enero de 2023.
El Parlamento Europeo no se ha opuesto al acto delegado de taxonomía de la Comisión, que incluye —con ciertas condiciones— algunas actividades relacionadas con la energía nuclear y el gas en la lista de actividades económicas medioambientalmente sostenibles a las que se aplica la conocida como «taxonomía de la UE». La taxonomía de la UE es un sistema de clasificación que establece una lista de actividades económicas ambientalmente sostenibles. El Reglamento sobre taxonomía se enmarca en el plan de acción de la Comisión para financiar el crecimiento sostenible, y tiene por objeto impulsar la inversión verde.
La Comisión considera que la inversión privada en gas y energía nuclear tiene su papel en la transición ecológica, por lo que ha propuesto que determinadas actividades relacionadas con el gas fósil y la energía nuclear se consideren actividades de transición que contribuyen a mitigar el cambio climático. La inclusión de tales actividades está limitada en el tiempo y ha de cumplir unos requisitos específicos en condiciones de transparencia.
Con estos mimbres, si ya iba a ser complejo el desarrollo de la eólica marina y su financiación, ahora se ralentizará un poco.
Bien es cierto que Europa tiene que garantizar una generación de energía estable que en estos momentos no la aportan las energías renovables, dependientes del mar, el viento, el sol. Pero también es muy cierto que podrían haber buscado otro camino, al menos denominar al gas y a la energía nuclear de otra manera, pero no energías verdes.
Probablemente regiones como Galicia, el País Vasco, Andalucía o Canarias, estarán muy atentas a esta nueva coyuntura, ya que las inversiones previstas en el sector de la eólica marina son muy importantes. También las grandes compañías del sector harán lo propio, no olvidemos que el desarrollo o no de este sector en una región depende no solo de la financiación europea sino de las inversiones privadas.