La pasada semana Naviera Armas pasó casi íntegramente a manos de sus acreedores, JPMorgan, Barings, Bain Capital y Cheney Capital, que se hicieron con más del 85% de las acciones cambiando deuda por acciones, dejando fuera definitivamente a los herederos de la compañía. Como primera medida nombraron a su CEO, Servio Vélez para ordenar la compañía y dejarla lista para su venta.
En las reuniones mantenidas con las compañías interesadas en adquirir la naviera, los acreedores, ahora accionistas mayoritarios han dejado claro que la venta no se parcelará en los tres paquetes importantes que la conforman: Canarias, el Estrecho y la compañía Hermes logística. Quieren un único comprador. Veremos si esta opción tiene recorrido porque el pasivo de la compañía es grande y las cargas que mantiene, entre personal y el coste de las varadas de la flota también son un gran lastre, sin olvidar el acuerdo para los próximos 20 años de mantener en alquiler algunos buques que quedarían en manos de la familia Armas.
En la parrilla de salida de las navieras interesadas están Baleària, Boluda, Grimaldi con su filial Trasmed y MSC con su naviera GSV.
Las noticias filtradas que hemos leído últimamente sobre el interés de Baleària en el negocio de Canarias son sólo una cortina de humo que probablemente tiene dos objetivos. El primero, desviar la atención del verdadero objetivo de Baleària, que es hacerse fuerte en el Estrecho, donde además algunas fuentes dan por cerrado un acuerdo directa o indirectamente con FRS. El Grupo FRS Iberia anunciaba hace un mes la búsqueda de inversores para ampliar su capacidad en las rutas del Estrecho a través de la firma Lincoln Internacional, proceso que aparentemente ha atraído el interés no solo de Baleària, sino también de una naviera marroquí, así como de Grimaldi, Boluda y GNV. FRS cuenta con una importante cuota de mercado en el tráfico del Estrecho, operando tres rutas con siete buques (5 en propiedad y 2 fletados).
El segundo objetivo de estas filtraciones sobre el interés en la compra probablemente es incrementar el valor de Naviera Armas Trasmediterránea para ponérselo más difícil a sus competidores.
Con unos resultados históricos muy por encima de las expectativas generadas, el presidente de Baleària, Adolfo Utor, dejó caer en la presentación de sus resultados, la potencial adquisición de Naviera Armas. Utor aseguró que Baleària está “posicionada” por si la naviera canaria saliera a la venta. “Estamos muy pendientes”, indicaba Utor. “Es cierto que los actuales propietarios no tienen vocación de pertenencia” y que por ello están “en la parrilla de salida” y ha habido contactos. “Si se pone a tiro”, Baleària va a “estar ahí”, llegó a afirmar en dicho acto. Un estratega como Utor no desvelaría la estrategia de su compañía, como no lo hizo cuando adquirió la participación de los Matutes en Baleària.
Por otro lado, de la exposición de los resultados de Baleària se desprende que, a pesar de los 140 millones de EBITDA, la compañía posee un alto grado de endeudamiento, que hace complicado pensar que tenga capacidad real para involucrarse en esta operación.
Otro de los argumentos que hace difícil aceptar el órdago de Baleària es que la operación en Canarias pondría en jaque su acuerdo con Fred Olsen en su línea península Canarias, y además causaría una ruptura inmediata ya que entraría en competencia directa con Fred Olsen en Canarias. En este supuesto, además, la CNMC tendría mucho que decir.
Por descontado que al presidente de Baleària y a sus socios en Canarias les encantaría que la operación fuera tan compleja que no se materializara nunca con la competencia, hecho que supondría pasar a la fase B y vender los activos de la compañía dejando como único operador en Canarias a Fred Olsen y como único operador en el Estrecho a Baleària si se materializa la compra directa o indirectamente de FRS. No pensarán lo mismo los herederos de Armas, que verían peligrar el alquiler obligado de su flota durante las dos próximas décadas.
En cuanto al Grupo Grimaldi, su experiencia en la compra de las rutas del Baleares y el Mediterráneo no ha sido la mejor, hasta el punto de sentirse engañados, toda vez que hay intereses cruzados entre su carga y la de la competencia porque Trasmediterránea Cargo mantiene mejores relaciones con la competencia.
Y GNV, propiedad de MSC, han mostrado en algunos foros su hartazgo y desinterés por esta inversión, manteniéndose a la expectativa, pero si tomar ningún tipo de iniciativa.
Boluda, por su parte, es visto con buenos ojos por el sector empresarial e institucional canario como alternativa a la adquisición de Naviera Armas ya que Canarias es una de sus sedes empresariales, donde además cuenta con 5 terminales de contenedores, servicios de remolque y rutas diarias de sus buques portacontenedores, donde tan solo en la línea Daily Canarias operan 5 de ellos.
Hay que decir, sin embargo, en honor a la verdad, que también hay rumores de que Baleària negocia con Naviera Armas la adquisición de las rutas del Estrecho, dejando fuera Canarias. Esto como ya dijimos al principio no es, de momento, de interés de los nuevos accionistas, que quieren desprenderse de toda la compañía en una misma operación.
Ni que decir tiene, que nos movemos en el terreno de la suposición, aunque los argumentos son muy racionales y las evidencias más que sólidas, pero la negociación sigue y cada cual mueve sus cartas, en el terreno de los negocios no hay una última palabra hasta el final, hasta que lo que se diga o se cuente se ponga en blanco sobre negro.