Amarrado frente a la costa yemení del Mar Rojo, el FSO Safer es un petrolero en avanzado estado de descomposición que pronto se desintegrará o estallará si no se hace algo al respecto. Las Naciones Unidas están más cerca que nunca de evitar el catastrófico vertido. Donantes, empresas privadas y ciudadanos han aportado hasta ahora 99,6 millones de dólares al plan en dos fases de la ONU para evitar el derrame de consecuencias catastróficas.
Sin embargo, debido a factores relacionados con la guerra en Ucrania, mientras la ONU ponía en marcha la operación, los precios del tipo de buque que se necesita para almacenar el petróleo se dispararon. En estos momentos, se necesitan 129 millones de dólares para transferir el petróleo de forma segura a un superpetrolero en la fase 1 de la operación. Si se consiguen rápidamente los 29 millones de dólares restantes, la operación dará comienzo en los próximos meses.
El FSO Safer contiene cuatro veces la cantidad de petróleo derramada por el Exxon Valdez, lo que lo convierte en el quinto mayor vertido de petróleo de un petrolero en la historia.
Howden, uno de los principales brokers independientes de seguros, consultoría de riesgos y asesoramiento, ha conseguido que 13 compañías aseguren el trasvase de 1,14 toneladas de crudo ligero, para evitar uno de los mayores vertidos de petróleo del mundo y, por consiguiente, un desastre medioambiental.
El buque fue construido en 1976 como un Ultra Large Crude Carrier (ULCC) y tiene 362 metros de eslora, tres veces y media la longitud de un campo de fútbol. Una década más tarde fue reconvertido en instalación flotante de almacenamiento y descarga (FSO) de petróleo, pero el conflicto en Yemen provocó la suspensión de las operaciones de mantenimiento, por lo que desde 2015 su estructura se ha deteriorado y existe riesgo de rotura en la misma. Además, tampoco funciona su sistema para bombear el gas inerte de sus tanques de petróleo, por lo que podría explotar en cualquier momento.
En marzo de este año el FSO Safer fue adquirido por la ONU a la empresa estatal yemení con la intención de solucionar el problema. La operación organizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para evitar el peligro inminente de una marea negra incluye el trasvase del petróleo a un buque de sustitución, el Very Large Crude Container (VLCC) Nautica, y el remolque y desguace del FSO Safer en un astillero de salvamento ecológico.
El crudo que alberga el barco, más de un millón de barriles, es cuatro veces la cantidad vertida por el Exxon Valdez, por lo que un vertido catastrófico no solo contaminaría el medio ambiente, sino que también destruiría los medios de subsistencia de las comunidades costeras y pondría en peligro el suministro de alimentos y medicinas en una región desgarrada por la guerra que ya sufre una escasez crónica.
Howden fue designada por el PNUD a través de un proceso de licitación pública para identificar los riesgos asegurables y organizar la cobertura de seguro para la operación de STS (Safer Ship-to-Ship) no estándar. Para ello cuenta con el apoyo de importantes expertos en ingeniería, que se han movilizado para llevar a cabo el movimiento del petróleo, entre los que se incluyen arquitectos navales, químicos, peritos y organizaciones de respuesta ante vertidos de petróleo, así como entidades gubernamentales y la ONU.
La cobertura tanto para el FSO Safer durante la operación STS como para el buque de sustitución, el VLCC Nautica, se contrató con éxito en los mercados de Lloyd’s, Londres y P&I, actuando Fidelis MGU como uno de los suscriptores principales. Las negociaciones del bróker han conseguido que trece entidades, de las 100 que han participado en la evaluación de los riesgos, se hayan repartido la suscripción de estos, entre los que se encuentran los de daños a la carga, al buque y los de guerra. La complejidad de la operación se ve agravada por el hecho de que el FSO Safer se encuentra en aguas de alto riesgo, según lo designado por el Comité Conjunto de Riesgos de Guerra.
Achim Steiner, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, afirma: “El FSO Safer es una bomba de relojería ecológica y humanitaria. Sin una intervención urgente, los daños al medio ambiente, las vidas y los medios de subsistencia podrían ser inmensos. El seguro se convirtió en un elemento crítico para permitir que esta operación de salvamento siguiera adelante. Sin él, la misión no puede seguir adelante. En los últimos años, el PNUD ha ampliado y profundizado su colaboración con la comunidad aseguradora mundial. Esa colaboración está teniendo repercusiones de muchas maneras. Estamos especialmente agradecidos a Howden por facilitar este proceso con la industria aseguradora en esta iniciativa crítica para garantizar que se ha asegurado la cobertura en el más difícil de los contextos”.
Si no se actúa ya, tendrá lugar una catástrofe medioambiental y humanitaria frente a las costas de un país ya devastado por siete años de guerra.
Un vertido masivo del Safer destruiría arrecifes vírgenes, manglares costeros y otras formas de vida marina en todo el Mar Rojo, expondría a millones de personas a un aire altamente contaminado y cortaría el suministro de alimentos, combustible y otros productos vitales a Yemen, donde 19 millones de personas ya necesitan ayuda alimentaria.
Las comunidades costeras serían las más afectadas. Cientos de miles de puestos de trabajo en la industria pesquera se perderían casi de la noche a la mañana. Las poblaciones de peces tardarían 25 años en recuperarse. Solo el coste de la limpieza sería de 20.000 millones de dólares.