(ANAVE) La naviera noruega Grieg Star ha publicado un informe en el cual analiza los costes de la sustitución del actual sistema de propulsión convencional de uno de los buques graneleros de su flota, un supramax con grúas de alrededor de 50.000 tpm, por un sistema alimentado por amoniaco. Según dicho informe, la conversión podría suponer una inversión para el armador de más de un 50% del valor del buque.
El informe forma parte de un proyecto piloto de esta naviera, con la colaboración de casi una veintena de otras empresas del sector marítimo, para la transformación de su flota y la adopción de combustibles alternativos. Dicho proyecto está auspiciado por el Programa noruego para un transporte marítimo ‘verde’ (Norwegian Green Shipping Program).
Según los resultados de este estudio, el coste de la conversión ascendería a 22 millones de dólares, frente a un valor de mercado del propio buque de unos 35 millones de dólares a finales de 2021. “Con un coste de más de un 50% del valor de mercado del buque, la carga financiera de tal inversión es significativa», declaran desde Grieg Star.
El informe destaca que sigue habiendo una gran incertidumbre sobre la disponibilidad de amoníaco ‘verde’ a corto plazo y no se vislumbran mecanismos internacionales claros que vayan a poder influir en la fijación de precios de los combustibles alternativos en relación con los convencionales. “No hay indicios firmes de que el mercado esté dispuesto a pagar una prima suficiente por los buques que operan con combustibles bajos en carbono”, añaden en su informe.
“La principal barrera para avanzar es esta combinación de altos costes de la inversión y la incierta disponibilidad de amoníaco verde a precios competitivos”, concluyen en el informe.
Se espera que el amoniaco pueda ser una parte importante de la mezcla energética libre de emisiones para el sector del transporte marítimo en el futuro, pero por ahora, y a diferencia de otros combustibles, como el metanol, todavía no existen motores que lo puedan utilizar, ni una regulación específica sobre su uso seguro por los buques. Asimismo, está el problema de la alta demanda de energía para su producción y su alta toxicidad.