El intento fallido de abordaje del quimiquero Stolt Sagaland frente a la costa de Somalia confirma un repunte de la actividad pirata en la región del Cuerno de África, tras varios meses de relativa calma. Firmas de seguridad marítima e inteligencia naval alertan de indicios crecientes de reorganización de grupos piratas con vínculos operativos y financieros a los hutíes en Yemen y a la milicia somalí Al-Shabaab.
El incidente ocurrió el 3 de noviembre, cuando un esquife con cuatro hombres armados, apoyado por un dhow previamente capturado y utilizado como buque nodriza, se aproximó al Stolt Sagaland. El equipo de seguridad privada embarcado respondió a los disparos y frustró el ataque sin que se produjeran daños ni heridos. El ataque se suma a varios incidentes recientes contra barcos pesqueros, perpetrados presuntamente con el objetivo de capturar estas embarcaciones y utilizarlas para ampliar la capacidad operativa de las células piratas.
Informes de inteligencia sitúan el origen del ataque en la región costera de Nugaal (Puntlandia), donde grupos piratas habrían comenzado a alquilar embarcaciones rápidas a pescadores locales y formar pequeñas flotillas. El 28 de octubre se registraron dos ataques contra dhows cerca de Garacad, en la costa somalí. Uno de ellos fue capturado y presumiblemente utilizado en el intento de abordaje del Stolt Sagaland. Ese mismo día se notificó un acercamiento sospechoso a un buque atunero español, desde una embarcación con características similares.
La actividad pirata se había reducido de forma notable tras la operación en la que la Armada india liberó el granelero Ruen en marzo de 2024 y detuvo a 35 piratas. No obstante, algunos analistas señalan que el fortalecimiento de los vínculos entre los hutíes, el grupo yihadista Al-Shabaab y otras redes armadas está incrementando la circulación de armas y financiación, lo que podría facilitar un nuevo ciclo de actividad pirata.
Diversos informes del Consejo de Seguridad de la ONU han documentado dicha cooperación entre piratas somalíes y Al-Shabaab, con acuerdos de reparto de rescates y suministro de armamento y apoyo técnico por los hutíes. Se ha registrado también una menor capacidad de control local al haberse desviado recursos de las autoridades de Puntlandia para combatir la expansión del Estado Islámico en la región de Galgala.
Firmas de seguridad marítima recomiendan a los buques que transiten por la zona aplicar estrictamente las Best Management Practices 5 (BMP5), incluyendo un aumento de la vigilancia a bordo, la puesta en marcha de maniobras preventivas, el control de los accesos, el uso de concertinas y el embarque de equipos de seguridad privada. Por otra parte, se mantienen activos los despliegues de la EUNAVFOR Atalanta y de la Armada india en la zona.
“Existe la posibilidad de un regreso de la piratería somalí a mayor escala”, señaló Jakob Larsen, responsable de seguridad de BIMCO, que confía en que “la combinación de buenas prácticas del sector y apoyo militar” contenga la amenaza.
BIMCO prepara una actualización del Maritime Industry Security Threat Overview (MISTO), que será publicada en las próximas semanas.






