Grupo Armas Trasmediterránea despide de su organización al que fuera hasta el pasado miércoles su director comercial del área de carga y jefe de fletamentos, Jaime Cabrera, vinculado a Naviera Armas en los últimos 20 años, y que desde 2007 ocupaba esa responsabilidad.
El banco estadounidense JP Morgan y los fondos de capital de riesgo Barings, Cheyne Capital y Bain Capital, que controlan el 90% de Armas Trasmediterránea, acaban así su vinculación con la totalidad de la junta directiva que conformaba la naviera cuando era propiedad de Antonio Armas, fallecido en marzo del pasado año 2022.
Se ha materializado así algo que estaba en ambiente portuario desde hace ya muchos meses. El valor profesional de Cabrera es algo que nadie pone en duda, quizá por ello, ya corren rumores de su próximo destino. No es de extrañar que en los próximos meses lo veamos en la estructura directiva de alguna naviera que opera en Canarias, como tampoco es desechable el rumor que lo coloca en la línea de salida de la dirección comercial de la Autoridad Portuaria, una vez que su actual inquilino se jubile, antes del verano de 2024.
Asocelpa
Por otro lado, la salida de Cabrera de la naviera, deja huérfana la presidencia de la Asociación de Consignatarios y Estibadores de Las Palmas (Asocelpa), de la que es presidente, que se verá obligada a sustituirlo. En los próximos días se convocará una junta directiva, donde Cabrera presentará su dimisión y Carmen Moreno, actual vicepresidenta se convertirá en presidenta en funciones. En esa misma junta se redistribuirán los cargos, nombrando un nuevo vicepresidente, donde Fran Naranjo y Gabriela Esquivel cuentan con muchos apoyos, y habrá de incorporar a un nuevo miembra a esa junta.
Moreno deberá aceptar el mandato por el tiempo que queda, hasta 2025, o renunciar a él y Asocelpa convocará elecciones. La cábalas no se han hecho esperar. Si Moreno renuncia a la presidencia, sobre el puerto sobrevuelan los nombres de Gabriela Esquivel, Fran Naranjo o Juan José Cardona.
Cabrera había conseguido en los últimos tiempos dar un vuelco a la imagen de Asocelpa, que había entrado en una crisis fruto de algunas decisiones polémicas que había tomado, especialmente las relacionadas con el pliego del remolque donde se posicionó frente a la Autoridad Portuaria y en defensa de un operador ajeno a la propia asociación, lo que le ocasionó multitud de críticas, la salida de algunos socios y la pérdida de algunos procesos judiciales tras la denuncias presentadas contra dicho pliego de remolque.
También había recuperado las buenas relaciones con la Autoridad Portuaria de Las Palmas, especialmente con la nueva presidenta, Beatriz Calzada.