El buque de investigación oceanográfica Emma Bardán, de la Secretaría General de Pesca, comenzó ayer, desde el puerto de Pasajes (Guipúzcoa) una campaña de investigación para la puesta a punto de las técnicas de muestreo. El objetivo de estos estudios es evaluar el estado ambiental de los hábitats de los fondos marinos, tanto en las zonas de actividad pesquera como en las que no la hay.
Bajo el nombre Impactos 2022, estos trabajos se prolongarán hasta el próximo 24 de junio en las aguas del Golfo de Vizcaya, donde se estudiará la distribución de los tipos de fondo de la plataforma continental frente a la costa vasca hasta los 200 metros de profundidad.
Es la primera vez que se realiza una campaña de este tipo. Entre otros parámetros se evaluará la distribución espacial y la magnitud de los impactos de los artes de pesca en contacto con el fondo. Para ello se desarrollarán actividades para la obtención de muestras de sedimentos y organismos con draga, de organismos con arrastre de fondo con bou de vara e imágenes submarinas con robot submarino.
Con la campaña Impactos 2022 se pretende también desarrollar protocolos estándar para recopilar datos sobre los impactos ambientales de los artes de pesca en contacto con el fondo, de tal forma que se establezcan los elementos esenciales para poder realizar un seguimiento rutinario del estado de los hábitats de los fondos marinos de los principales caladeros.
Gracias al convenio suscrito con la Fundación AZTI, la Secretaría General de Pesca facilita la utilización de los buques y de su equipamiento al personal investigador. De esta forma se pone a disposición de la comunidad científica el instrumento más adecuado a los fines de la campaña, al tiempo que se trabaja para conseguir la optimización de los recursos en beneficio de todas las instituciones.
Buques de Investigación Pesquera y Oceanográfica
El buque oceanográfico Emma Bardán forma, junto con el Vizconde de Eza y el Miguel Oliver, la flota de investigación pesquera de la Secretaría General de Pesca. Con 29 metros de eslora y 7,5 de manga, el Emma Bardán está preparado y equipado para el desarrollo de campañas multidisciplinares, contando con dos laboratorios y un diseño para reducir al mínimo los ruidos y vibraciones, lo que le permite la obtención de datos acústicos de investigación pesquera de gran calidad.