Estas actuaciones permitirán asegurar la calidad y la continuidad en el suministro durante el acontecimiento, que empezará el 22 de agosto de 2024.
Endesa ha empezado los trabajos para ampliar las infraestructuras eléctricas del Port de Barcelona con el objetivo de satisfacer las necesidades energéticas que requiere y que incluyen las operaciones de la 37ª edición de la Copa América de Vela, que se llevará a cabo en la capital catalana a partir de agosto de 2024. La competición, sin embargo, iniciará parte de sus entrenamientos a partir de esta primavera, motivo por el cual algunas de las obras tienen que estar ya terminadas para aquellas fechas.
El acuerdo suscrito con la Autoridad Portuaria de Barcelona, que asume la inversión (600.000 euros), estipula que la compañía reforzará la red en diferentes bases del recinto, allí donde se ubicarán los puntos estratégicos para el acontecimiento, como son la zona para las televisiones, la zona de bienvenida, el Village o los equipos de competición. Las diferentes áreas se han dividido entre aquellas que son prioritarias (es decir, que la ejecución tendría que estar finalizada durante los próximos meses de marzo-abril) y las que no lo son tanto (que tendrían que terminarse durante el tercer cuatrimestre de este año).
Así, Endesa extenderá a todo el conjunto del Port casi 300 metros de nuevas acometidas de baja tensión con el fin de poder alimentar los nuevos cuadros eléctricos que se tienen que montar.
Igualmente, instalará nuevos transformadores, cerrará anillas eléctricas, telecomandará un centro de transformación y se sustituirán las celdas interiores en algunos de otros. Todo permitirá reforzará la red existente, mejorarla tecnológicamente, ampliarla en puntos estratégicos y aumentar la potencia instalada en el Port en 3.900 kW.
Las anillas eléctricas enlazarán dos (o más) centros de transformación que hasta ahora estaban aislados. Así, posibilitan que, en caso de incidencia o de indisposición de una de las líneas principales, se pueda dar servicio a los clientes afectados por vías alternativas (recuperando más rápidamente potencia y clientes). Eso repercute no sólo en una reducción del tiempo de reposición, sino en el hecho de que, en casos de trabajos programados o mantenimiento de la red, no será necesario ninguna interrupción de suministro.
La reforma tecnológica de los centros de transformación pasa por sustituir sus antiguas celdas por unas nuevas que incorporan elementos de maniobra encapsulados en un gas de características especialmente aislantes. Esta nueva tecnología reduce la necesidad de mantenimiento, ya que se auto-regenera, a diferencia del aceite, que sufre una descomposición gradual. Los aparatos, completamente estancos, tienen una mayor capacidad de extinción en caso de que se produjera algún incidente y es más resiliente y seguro para el personal técnico, cuando tiene que acceder a la instalación a hacer trabajos de mantenimiento y mejora o a realizar alguna maniobra.
Igualmente, se dará un paso más en la digitalización de las infraestructuras, ya que se telecomandará una de las unidades. Es decir, se la dotará con sistemas de control remoto que permiten realizar maniobras de operación a distancia. Así, desde el Centro de Control que Endesa tiene en Barcelona, se puede accionar a distancia los dispositivos de la instalación sin tener que desplazar equipos sobre el terreno en caso de incidencias, ya sean propias o derivadas de la acción de agentes externos. El Centro de Control recibe información que permite detectar y aislar los defectos que puedan producirse en la red mediante los elementos de detección de paso de defecto. De esta manera se ahorra tiempo en la localización de averías, con la consecuente reducción de hasta un 20% del tiempo de interrupción del suministro eléctrico a los clientes que se alimentan de estas instalaciones
en caso de incidencias.