Conservar la vida submarina mientras fomentamos el desarrollo económico suena como un reto imposible, pero no lo es. Mi experiencia en biología y ecología pesquera, junto con mi trabajo en AZTI gestionando iniciativas en el ámbito marino, me ha demostrado que es posible encontrar un equilibrio entre ambos mundos. Sin embargo, esto requiere ciencia, innovación y mucho compromiso.
Un difícil camino para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas son un llamado global a enfrentar los desafíos más apremiantes de nuestra sociedad: pobreza, cambio climático, desigualdades y más. Uno de ellos, el ODS 14, está dedicado a proteger la vida submarina y utilizar de manera sostenible los recursos de los océanos. Sin embargo, este objetivo no está aislado; está extremadamente conectado con otros como la acción climática (ODS 13) y el trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), entre otros.
Ahora bien, integrar estos objetivos no es tarea fácil. Por ejemplo, mientras que el ODS 14 aboga por reducir la contaminación y preservar la biodiversidad, otros como el ODS 8 buscan fomentar el crecimiento económico. Estas metas, a veces, parecen contradictorias. Se asume que las mejoras en la eficiencia bastarán para conciliar la tensión entre crecimiento y sostenibilidad ecológica. Y es justo aquí donde entra la innovación: necesitamos estrategias integrales que no solo resuelvan un problema, sino que beneficien a todo el sistema. Encontrar oportunidades donde antes veíamos problemas.
Ciencia e innovación: las claves para una pesca sostenible
En AZTI, hemos adoptado la aproximación ecosistémica para la gestión pesquera. ¿Qué significa esto? No se trata solo de pensar exclusivamente en cuántos peces podemos pescar, sino de entender que todo el ecosistema marino es un conjunto y que, analizarlo así, tiene grandes beneficios para la sociedad.
En esta aproximación, la innovación es clave. Son múltiples los ejemplos de proyectos que venimos realizando en AZTI. Por ejemplo, utilizamos herramientas nuevas como el análisis genético, marcados y técnicas avanzadas de modelado para identificar distintas poblaciones de atún y sus movimientos en los océanos y establecer así límites de captura sostenibles. Esto asegura que las pesquerías sigan siendo viables a largo plazo. Gracias a avances científicos, hemos aprendido a diferenciar las poblaciones de atunes de distintas regiones, lo que nos permite gestionarlas de manera más eficiente. Este conocimiento, combinado con prácticas pesqueras responsables, garantiza que los recursos sigan disponibles para las futuras generaciones.
También estamos utilizando tecnologías de vanguardia, como el uso de inteligencia artificial y aprendizaje automático para, entre otros usos, predecir con mayor precisión donde se encuentran los recursos pesqueros, como se distribuyen en la columna de agua y espacialmente y analizar cómo les afecta el cambio climático. El conocimiento de la situación exacta de los caladeros no solo optimiza las capturas, sino que también minimiza el impacto ambiental por la reducción de la huella de carbono (contaminación) y ayuda a los pescadores a prepararse para futuros escenarios de cambios en las distribuciones de las poblaciones. Además, si conocemos donde está lo que queremos pescar, también somos capaces de identificar el lugar donde no queremos pescar por existir especies sensibles. Así, se pueden reducir las capturas accidentales de especies como ciertos tiburones, tortugas y aves marinas, asegurando la biodiversidad en el proceso.
Asimismo, estamos buscando nuevos recursos pesqueros. Por ejemplo, nuestro equipo está analizando, desde diferentes perspectivas (ecosistémica, económica, etc.), el potencial de los peces mesopelágicos, organismos que habitan en las aguas profundas y que podrían ser una fuente de alimento sostenible. Sin embargo, sabemos que cualquier explotación debe considerar su papel crucial en los ecosistemas marinos. En AZTI, hemos liderado estudios sobre estos peces para entender mejor sus funciones en el ecosistema y evaluar si fuese viable incorporarlos a la cadena alimentaria humana o, por el contrario, el beneficio que generan en el ecosistema marino a nivel global es tan significativo que es mejor no explotarlos. Esta investigación forma parte de nuestra búsqueda constante por equilibrar innovación, sostenibilidad y actividad económica sostenible.
En AZTI también trabajamos en proyectos para mitigar el impacto humano al medio marino. Estamos trabajando en el desarrollo de materiales alternativos al plástico y en cómo reciclar redes de pesca para combatir la contaminación en los océanos. Estamos trabajando en la descarbonización de la flota pesquera, mejorando rutas y la eficiencia energética de los buques para disminuir las emisiones de carbono del transporte marítimo. En esta línea, hemos participado en la creación del primer barco eléctrico del País Vasco, que utiliza energía renovable y de forma circular, alimenta de electricidad las instalaciones de AZTI en tierra firme.
Hacia un futuro sostenible
La protección de los océanos no es solo una meta ambiental; es una necesidad para nuestra supervivencia. En AZTI, estamos convencidos y convencidas de que, a través de la ciencia y la innovación, podemos abordar los retos más urgentes, desde la conservación marina hasta el cambio climático, mientras fomentamos un desarrollo económico que beneficie a toda la sociedad.
Sin embargo, esto requiere un esfuerzo colectivo. Gobiernos, empresas, investigadores y ciudadanos debemos trabajar juntos. Ya hemos avanzado mucho, pero aún hay camino por recorrer. Como suelo decir: la ciencia no solo nos da respuestas, sino también las herramientas para actuar. Y, al final del día, lo que hagamos hoy definirá el mundo que dejemos a las próximas generaciones.