Este lunes se ha celebrado el Salón Atlántico de la Logística y el Transporte SALT 2022 su primera de las cuatro sesiones previstas, algo que a priori suena bien y debería ser un evento de máxima importancia por lo que representa para Canarias el Transporte y la Logística, con mayúsculas. Pero la realidad a veces es triste, un salón sin pena ni gloria que se ha inaugurado este lunes, con la presencia de una veintena de personas, incluidos los ponentes y las personas de la organización, en un formato difícil de entender.
Sé que muchos pensarán que tiro piedras sobre mi propio tejado, retratando desde un medio sectorial el desastre que supone ver un evento que mezcla churras con merinas, organizado de aquella manera, en un recinto que por no tener no tenía ni conexión a internet, en estos tiempos del blockchain, el big data, el metaverso y no se cuántas cosas más.
Los últimos años en los que se había celebrado la SALT ya empezaban a poner en relieve la decadencia de un evento al que mayormente acudían las autoridades a la inauguración, algunos colegios y espontáneos el fin de semana, y las empresas que con un pequeño empujoncito oficial financiaban la cosa, alternando su sede entre las islas capitalinas, e incluso con algún experimento en alguna de las mal llamadas islas menores. No me imagino yo al Salón de la Logística de Barcelona, ese que todos conocemos como SIL, alternando su ubicación entre Barcelona y Tarragona o Gerona.
El SALT siempre ha carecido de algo de coherencia. Desconcertaba un poco ver a empresas de autobuses públicos y privados con navieras, o empresas especializadas en radares de buques en recintos que no terminaban de llenarse, aunque cosas más estridentes se han visto. Pero en esta ocasión ni siquiera tendremos la oportunidad de sorprendernos con la mezcolanza, ya no hay. El Salón salta de isla en isla como queriendo contentar a todos con el dinero público a sabiendas de que la logística y el transporte a pesar de estar presentes en cada isla, aglutinan al sector en una, o como mucho dos islas.
Igual es que el objetivo del evento se me escapa y nada tiene que ver con reunir al sector en torno a una idea fuerza para visibilizar lo que podría ser una fortaleza de una región que depende del transporte y la logística, y que para más inri cuenta en su territorio con grandes operadores logísticos más allá de aquellos que por mor de las circunstancias reciben mucho apoyo o ayudas públicas y tienen que estar. O quizá hay un hábito heredado de impulsar este evento sin más ánimo que mantenerlo vivo, no se sabe muy bien con qué objetivo.
Una lástima no ver en la organización a profesionales del sector logístico, y un diseño de Salón desde una óptica profesional, gestionado por profesionales, para profesionales. Claro que siendo un salón localista, tampoco hay que pedir más. La curiosidad me hace pensar en cuánto habrá costado por asistente el acto de ayer. Y me pregunto yo si el consejero y los ponentes, al menos los de este lunes, se merecen tener un foro que se puede contar con los dedos de las manos.