Que los barcos lleven velas para moverse por el agua no es nada nuevo; sí que las monten las embarcaciones más grandes. Precisamente con la idea de aprovechar el viento para propulsarse y gastar menos combustible, nace el proyecto Wisamo, creado por el departamento de investigación y desarrollo técnico de Michelin junto a dos inventores suizos. Tras la palabra Wisamo se esconde ‘Wing Sail Mobility’, un sistema de velas automatizado que se instala con relativa facilidad en todo tipo de barcos, sean pequeños de recreo o los buques mercantes.
¿Cómo funciona?
Los ingenieros estudian cada barco para analizar dónde se pueden colocar las velas para aprovechar mejor el viento. La vela tiene un amplio rango de uso, particularmente cuando se navega ceñida, y se puede utilizar en todas las rutas marítimas. Su mástil telescópico retráctil facilita la llegada a los puertos, así como su paso por debajo de los puentes. Cada vela, cuando se despliega, alcanza una superficie de 100 metros cuadrados.
Aún está en fase de desarrollo, pero ya son varias las compañías navieras que se han interesado por el proyecto y, algunas de ellas ya han indicado su disponibilidad a que algunos de sus barcos sirvan como prototipos y base de investigación y desarrollo.