La Asociación de Empresas de Transporte de Mercancías (Asemtra) ha iniciado un paro indefinido en el reparto de contenedores desde el Puerto de Las Palmas hacia los clientes finales. Aunque las terminales portuarias continúan operativas, la protesta ha puesto en jaque el normal abastecimiento de mercancías en Gran Canaria y ha reavivado tensiones históricas entre transportistas, terminales y estibadores.
Principales motivos del paro
El conflicto tiene su origen en el endurecimiento de las condiciones de trabajo que los transportistas denuncian desde hace meses. Entre las principales quejas destacan largas esperas para recoger los contenedores, especialmente en la terminal de Opcsa, que según Asemtra se han vuelto insostenibles, aunque también en la de Boluda. Retrasos continuos en la entrega de la mercancía, lo que está afectando tanto a los márgenes de las empresas como a la reputación de los transportistas ante sus clientes. Falta de soluciones estructurales a problemas de coordinación en la cadena logística dentro del puerto. Desigualdad en el trato por parte de las terminales, que según los transportistas no están ofreciendo las mismas condiciones para todos los operadores.
Los transportistas exigen que se les reconozca como un eslabón clave en la cadena logística y que se tomen medidas urgentes para mejorar la operativa y reducir los tiempos de espera.
Consecuencias económicas y logísticas
Aunque la Autoridad Portuaria ha asegurado en un comunicado que las terminales están operativas al 100% y que las mercancías se despachan con normalidad, lo cierto es que el paro está teniendo ya efectos visibles en la distribución de mercancías en la isla: Retrasos en la entrega de productos perecederos, especialmente frutas, verduras y productos de alimentación; riesgo de desabastecimiento en supermercados, si el conflicto se prolonga; pérdidas económicas para los operadores logísticos y clientes finales, que ven afectada su actividad comercial; y aumento de la presión sobre los transportistas no asociados a Asemtra, que siguen operando pero con una carga mucho mayor.
En este contexto, Asemtra ha advertido que el paro se mantendrá mientras no haya soluciones claras y concretas, y que no se trata de una huelga contra el puerto, sino contra “la ineficiencia de las terminales”.
La posición de la Autoridad Portuaria
La Autoridad Portuaria de Las Palmas ha querido dejar claro que el puerto permanece abierto y operativo, y que los transportistas que deseen seguir trabajando pueden hacerlo sin impedimentos. En un intento de desescalar el conflicto, el organismo convocó el martes una reunión de más de cuatro horas con representantes de las tres terminales, los estibadores y los transportistas.
Fuentes de la Autoridad Portuaria han asegurado que se está trabajando para mediar entre las partes y reconducir la situación, aunque por el momento no se ha alcanzado un acuerdo definitivo.
Soluciones demandadas
Los transportistas han presentado varias propuestas concretas: Mejoras tecnológicas en los sistemas de gestión de las terminales para agilizar la retirada de contenedores. Mayor coordinación entre terminales y estibadores para evitar cuellos de botella. Horarios más amplios y flexibles para retirar contenedores. Y una mesa de trabajo permanente entre terminales, estibadores, transportistas y la Autoridad Portuaria, para abordar los problemas de fondo de forma estructural y no reactiva.
Una llamada a la corresponsabilidad
El paro en el Puerto de Las Palmas no solo refleja un conflicto puntual, sino que pone sobre la mesa la necesidad de repensar la eficiencia de la cadena logística en entornos insulares, donde la dependencia del transporte marítimo es total.
Es fundamental que todas las partes implicadas –transportistas, terminales, estibadores y administración portuaria– asuman su parte de responsabilidad y trabajen de manera coordinada para garantizar un flujo logístico fluido, justo y eficiente, que evite impactos negativos en la economía insular y en la confianza de los usuarios del puerto.
Un conflicto, además, que no ayuda a la lucha que ha establecido la Autoridad Portuaria por jugar en la liga de la primera división de los puertos españoles. De prolongarse o enquistarse este conflicto, afectará no solo al abastecimiento de la isla, que ya de por sí es lo suficientemente grave, sino a la competitividad del Puerto con las consecuencias que ello implicaría.






