Vivimos momentos de profundo cambio, estrepitoso, vertiginoso pero disruptivo de manera generalizada en la Sociedad, y las cadenas de suministro global se ven afectadas de manera sustancial. Desde la segunda toma de poder en la Casa Blanca por parte de Trump, todo el escenario mundial tambalea.
El mensaje Trumpiano MAGA (Make America Great Again) logró convencer en urnas electorales en noviembre del año pasado. Desde el minuto 1, de nuevo, al frente de la Administración de los Estados Unidos, sus actuaciones están desembocando en una compleja situación que afecta a todo el mundo, y veremos cómo acaba todo.
Analizando las decisiones que emanan de la Casa Blanca, podemos pronosticar muchos problemas venideros en el corto plazo:
- Guerra comercial 2.0: En esta ocasión, los aranceles han ido dirigidos a China, México y Canadá en primera instancia, pero seguidamente se imponen al acero y aluminio, así como a la alimentación importada.
- China: Hace 8 años, en la primera ronda arancelaria, Pekín pareció sucumbir ante Trump, pero en realidad se fueron preparando sigilosamente para esta situación, con mercados alternativos a través de su Nueva Ruta de la Seda (BRI) y ventajas tecnológicas, especialmente en la Inteligencia Artificial, automoción y energías alternativas.
- Canadá: Anunciar la anexión de Canadá como el 51º estado yankee, al unísono de aranceles del 25% de manera generalizada, ha desembocado en una actitud de rechazo antiamericano. Además de imponerse contra-aranceles, el consumidor canadiense veta el producto yankee.
Están aflorando las intenciones canadienses de adherirse a la Unión Europea, dado que tienen más afinidad con Europa.
México: El 25% de arancel general es un yugo importante para la economía azteca, dado que EEUU es un mayor mercado de exportación, por lo que es comprensible que Claudia Sheinbaum muestre una actitud más dialogante y negociadora. Multitud de multinacionales asiáticas y europeas establecieron centros productivos, enfocados a la exportación a EEUU, motivados por el Tratado de Libre Comercio que existía entre EEUU, México y Canadá. Un arancel de 25% supone la rotura del mayor mercado de exportación para estas empresas.
Acero y aluminio: Al ser considerado como un sector estratégico, Trump trata de proteger la maltrecha, arcaica e ineficiente producción local, pero no tiene en consideración de que las importaciones seguirán siendo necesarias para la industria norteamericana, lo que genera inflación. La Unión Europea anunció aranceles del 50% sobre productos norteamericanos, en represalia al 25 del acero y aluminio.
Alimentación: Trump acaba de anunciar un contrataque con un nuevo arancel del 200% sobre el alcohol y licores europeos. La afección a las exportaciones europeas puede resultar fatal, dado que la balanza comercial en alimentación está claramente a favor de Europa.
¿Guerra arancelaria contra todo el mundo? El resultado de inflación directa en Norteamérica resulta claro. Recordemos que, desde Detroit, las grandes automovilísticas, Ford, General Motors y Stellantis, solicitaron posponer la entrada en vigor del 25% a Canadá y México, dado que no estaban preparados para absorber este incremento de costes, puesto que muchos de sus vehículos se producen en las plantas establecidas en estos países vecinos. Hasta Elon Musk acaba de informar que, en esta situación, TESLA va a sufrir un aumento de costes y precios correlativamente. Cabe mencionar que TESLA está perdiendo un 45% de su valor bursátil en lo que llevamos de año.
La teoría de Trump es que se incentivará la producción local, trayendo fábricas extranjeras a EEUU. Hace 8 años funcionó, pero en esta ocasión no parece que vaya a acontecer la deseada re-localización.
- Groenlandia y Canal de Panamá: Los aires imperialistas de esta Administración resulta preocupante cuanto menos. Anexionar o invadir Groenlandia sería un ataque directo a Europa, dado que es territorio danés. Ocupar el Canal de Panamá… si las sequías ya alteran su funcionamiento habitual, una ocupación militar puede significar un tapón selectivo en la cadena de suministro global. Recientemente Trump ha ordenado al Pentágono un plan de ocupación militar factible.
- Comercio marítimo: Trump anunció recientemente su plan ‘Make Shipbuilding Great Again’, con el propósito de recuperar los astilleros norteamericanos. Una capacidad productiva china superior 200% a la norteamericana se considera una desventaja crítica, y se considera injusto que China se haya enfocado en la logística marítima y astilleros. Se ofrecen incentivos fiscales a la construcción de buques en EEUU, a la vez que se amenaza con una tasa portuaria de 1 millón y medio de dólares para cada buque de bandera china, además, el plan también contempla un Impuesto de Mantenimiento Portuario a la carga extranjera y certifique que los transportistas que descargan carga extranjera en México o Canadá paguen los cargos pertinentes y otra tarifa del 10 por ciento, según el texto de la orden ejecutiva.
A este respecto, parece que MSC y CMA-CGM están por la labor de secundar estas direcciones y han anunciado inversiones favorables de Estado Unidos.
Debemos remarcar que el apoyo a los estibadores del ILA, supone populismo, pero un lastre a la eficiencia portuaria de la costa este y el golfo de México (Golfo de América para Trump), lo cual mantendrá las reiteradas congestiones, accidentes y costes superiores a los posibles. Chancay es la antítesis, automatizada, robotizada y efectiva…
- Guerras de Ucrania e Israel: Son conflictos locales de afección global, que estaban siendo tutelados por los EEUU dada su supremacía militar. Ahora Trump se peleó con el presidente ucraniano Zelenski y apoya a Israel con todo, de hecho, este fin de semana el ejército norteamericano bombardeó Yemen, con el objetivo de que los piratas hutís cesen los ataques a buques mercantes en el Estrecho de Ormuz. Recordemos que imposibilitar el paso por el canal de Suez, ahoga la economía europea, mediterránea y especialmente israelí.
La combinación de esta marabunta de acciones políticas, geoestratégicas y económicas está resultando en el caldo de cultivo de un escenario incierto, en el que los efectos serán negativos para el consumidor estadounidense en el corto y medio plazo, el futuro a largo plazo parece muy lejano. Hoy por hoy, el pueblo norteamericano empieza dudar de Trump y sus índices de popularidad caen en picado. Se eleva el riesgo de recesión en EE.UU. El tiro puede salir por la culata.