Mucho se ha escrito y hablado en las últimas semanas de la situación de Naviera Armas Trasmediterránea. Su delicada o moribunda situación ha hecho que caiga en las garras de los fondos buitre o los bonistas o como cada cual los quiera describir, y que ahora parece que están decididos a hacerse con toda la compañía para darle una mano de pintura y ponerla a la venta al mejor postor. Esto seguramente será bueno para los accionistas y herederos de la familia Armas, porque se van, pero sin perderlo todo, pero fundamentalmente será malo para Canarias.
Naviera Armas no es solo una compañía histórica que ha desarrollado una labor de comunicación marítima desde sus inicios y que, por un cúmulo de malas decisiones, acontecimientos locales e internacionales, cayó en un agujero del que prácticamente no ha podido salir.
Ahora, con la venta casi anunciada, las grandes navieras se posicionan para su compra, Baleària ya ha afirmado que tiene interés en las rutas canarias, cómo no, si son un filón. Y otras navieras como Boluda, en alguna ocasión también han dejado ver este interés. Para las rutas del sur de la península y norte de África también las grandes están tomando posiciones, Trasmed (Grimaldi) GNV (MSC) y hasta Stena suenan candidatables.
Pero Canarias, como región necesita amarrar la permanencia de Armas en el archipiélago, es la garantía de las conexiones con el exterior, sin estar exclusivamente a expensas del mercado, sino con un poco de alma y corazón en ello, porque si no, una de las consecuencias podría ser la pérdida para Canarias de conectividad, una región ultraperiférica donde las líneas marítimas son en realidad nuestras carreteras o trenes, en las que se mueve más del 80% del flujo de mercancías y especialmente de los perecederos. Va más allá de la operación financiera, es un elemento crítico en nuestro estado de bienestar.
Es cierto que Armas tiene un pasivo difícil de digerir, y una flota en algunos casos obsoleta, pero, aun así, hace falta ese impulso como sociedad. En otros tiempos, compañías con Binter recibieron el apoyo, no solo de un importante grupo de empresarios canarios, sino también de la administración. Seguro que, en el caso de Armas, bien diseñado, esta vía también puede ser una salida.
Me sorprende, y mucho, que el Gobierno de Canarias no haya expresado su posición en esto, es una realidad conocida por todos, gobierno y empresarios, que es una compañía estratégica para el desarrollo y la conexión de Canarias.