La Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife ha iniciado las obras para suministro de electricidad a los contenedores frigoríficos que se depositan en la dársena de Anaga a la espera de ser embarcados o distribuidos, iniciativa que reducirá el impacto sonoro que dichas unidades han venido registrando en este enclave próximo a la ciudad.
Estos trabajos están incluidos en las medidas que integran la ordenanza contra el ruido acordada por el consejo de administración portuario y cuyo objetivo es, precisamente, limitar la contaminación acústica o a la emisión de gases contaminantes.
El ruido generado por los motores de estos equipos frigoríficos es precisamente una de las fuentes sonoras a reducir, y se conseguirá de la misma forma en que se ha logrado disminuir el generado por los motores auxiliares de los buques en puerto, esto es, mediante el suministro de energía eléctrica.
Para ello, y con una inversión de prácticamente 243 mil euros, se instalarán en un plazo de seis meses las canalizaciones de cableado al efecto, dos cuadros eléctricos generales y dieciocho torretas para las tomas de corriente, cada una de ellas con capacidad para conectar hasta seis contenedores frigoríficos a la vez. Por tanto, serán más de un centenar las unidades que podrán apagar sus motores diésel y mantener las condiciones de frío exigidas únicamente mediante conexión a la red eléctrica.
Este tipo de suministro ya se presta a los buques de pasaje regular en los puertos de San Sebastián de La Gomera, Santa Cruz de La Palma y Tenerife y se benefician del servicio para mantener activos sus equipos de emergencia, sistemas de refrigeración e iluminación sin necesidad de tener encendidos los motores auxiliares.
Plan de electrificación y necesidades reales
Con el paso del tiempo, para cumplir con su política de reducción de emisiones de gases y ruidos a la atmósfera en sus instalaciones, Puertos de Tenerife cuenta con un plan de electrificación para todos sus muelles con un presupuesto de 48 millones de euros y financiación en fondos FEDER de 22 millones.
Con esta inversión se prevé que, a medio plazo, se pueda extender en seis los puntos de conexión a la red eléctrica en el puerto tinerfeño, distribuidos entre las terminales de contenedores de la dársena del Este, para cruceros entre Muelle Sur y Muelle de Ribera. Con el tiempo se planificará para Los Cristianos y La Estaca.
Los problemas con los que se encuentra este tipo de instalaciones -y así lleva unos años- es que la red eléctrica -de Tenerife- no soporta el ‘volumen’ de energía que los barcos solicitan y necesita y es por eso por lo que hasta hace dos meses los ferrys de líneas regulares no podían acceder a esta opción de parar por las noches sus motores. Por tanto, este proyecto debe pasar, invariablemente, porque la red eléctrica tinerfeña tenga la capacidad suficiente para todo el proyecto y eso se estima a medio y largo plazo.
Otras opciones que se han ido probando han sido la de motorizaciones autónomas, con grupos electrógenos portátiles, bajos en contaminación, con hidrógeno, etcétera, pero que, a pesar de que se ha visto que funcionan, no han pasado de esa circunstancia: pruebas. Y es que, en ese sentido, tampoco se ha comprobado la capacidad y/o necesidad de cada barco, o si con un solo generador se cubre más de una embarcación.