Las aguas canarias guardan muchas sorpresas. Así se pudo comprobar el fin de semana en un tranquilo día de playa. Un bañista acercaba a costa un pulpo moribundo, pero no era un pulpo normal. El animal mostraba extraños patrones de color y una membrana enorme de colores espectaculares. Había quienes se lo querían llevar a la cazuela pero el caballero que lo encontró decidió que era mejor saber un poco más del animal y lo donó a Oceanográfica (un proyecto impulsado como iniciativa innovadora en el Centro de Emprendedores Tecnológicos, donde participan la ULPGC, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Gran Canaria y el Instituto Tecnológico de Canarias), para la ciencia, y se pudieron tomar unas imágenes y comenzar las pesquisas para determinar la especie.
Se trataba de un pulpo manta de la especie Tremoctopus violaceus, un cefalópodo tan raro de ver como impresionante en sus formas y colores. Muy ocasionalmente, se ha avistado algún ejemplar perdido o moribundo fruto de algún encuentro con cetáceos por ejemplo. Son animales de aguas abiertas.
Por la noche pueden acercarse a la superficie y descender por el día a los 250 metros de profundidad. Los machos son de apenas dos centímetros por lo que estos ejemplares grandes son siempre hembras que pueden alcanzar los 2 m de longitud. Como curiosidad especial, destacar que puede utilizar tentáculos de carabela portuguesa a modo defensa. Ahora este individuo será objeto de estudio para conocer su dieta y otros datos y pasará a formar parte de la colección de zoología de la ULPGC para que el alumnado de ciencias del mar contemple estas maravillas.
«Lo de ayer fue uno de esos regalos que ofrece la naturaleza a quién sabe mirar. Para el resto un pulpo o un pez es ingrediente de caldero o simplemente basura para el contenedor. De eso se trata, de aprender a mirar, de aprender a valorar lo que tenemos. Canarias es un lugar privilegiado, te invitamos a aprende a mirar, a aprende a cuidar», relatan desde Oceanográfica.